![pensaments positius](https://www.alzinadecollbato.cat/wp-content/uploads/2017/03/nodrirnos.jpg)
06 Feb De como nutrirnos de alimentos y pensamientos
Nutrición es una palabra que me gusta. A menudo, cuando dudo, me ayuda a orientarme. Me pregunto si tal cosa, situación o propuesta es nutritiva o no para mí en este momento determinado y acostumbro a recibir una respuesta clara.
Debo decir, antes de que pienses que me estoy poniendo moralista, que de vez en cuando me apetecen cosas que no son nutritivas…Por supuesto que a veces quiero algo peligroso, arriesgado o claramente destructivo…¡Faltaría més! Pero cuando lo escojo prefiero hacerlo con premeditación y alevosía, o en lenguaje terapéutico: con conciencia…Y es divertido darse cuenta de que, cuando lo hago así, al final suele convertirse en nutritivo.
No todos los alimentos son nutricios; tampoco lo son muchos pensamientos y fantasías. Y este efecto depende de nosotros, de nuestra particular forma de asimilarlos. Es interesante aceptar que tenemos una determinada responsabilidad en la decisión de donde ponemos nuestra atención o a qué abrimos la boca.
Muchas corrientes espirituales hablan de la nutrición desde esta perspectiva. Recomiendan la observación, como si fuéramos un testigo, de cómo nos alimentamos de fantasías, deseos, preguntas y preocupaciones.
En pocos años, hemos pasado de una época en que la censura nos marcaba unos límites muy estrechos de conocimiento, a abandonarnos en un mundo de información que puede convertirse en agobiante. A nuestro alcance, incontables nubes de bits se encuentran compitiendo para captar nuestra atención bajo intereses que desconocemos.
Empieza a ser indispensable nutrir un núcleo interior que nos permita ordenar y estructurar el mundo que nos rodea. Para empezar, a favor nuestro; más adelante quizá también por el bien de los demás.
Podemos escoger de qué nos alimentamos para que sea nutricio.
¿Por qué deberíamos querer engordar a base de toda clase de semillas de dudas y miedos que nos paralizan? ¿Cuánto tienen que ver estas semillas con lo que es real?
Me diréis: ¿y cómo lo hacemos?
Enseguida buscamos la alianza del esfuerzo: parece difícil, ¡necesitaremos esforzarnos! Y hasta cierto punto, es así; para avanzar y cambiar las cosas necesitamos un esfuerzo.
Pero soy de las personas que piensan que vale la pena poner límites también al esfuerzo. Estoy hablando de empujar hacia donde quiero ir pero no tanto como para no escuchar, a la vez, qué efecto tiene esta acción. Considero fundamental mantener la receptividad y cultivar la tranquilidad. O dicho de otro modo: no esforzarnos hasta el punto de perder la serenidad.
Es entonces cuando, en este equilibrio de ir haciendo y «no haciendo», de conseguir objetivos y vaciando a la vez nuestro recipiente interno, nos es posible digerir, integrar y asimilar.
Es decir, nutrirnos.