El arte de vivir

A terapia, a menudo llegamos porque un suceso inesperado cambia la realidad tal y como nos la explicábamos. Intentamos continuar con nuestra vida pero nos resulta demasiado difícil y nada parece encajar de nuevo. Podría ser una definición de crisis.

La vida trae estas situaciones. Las primeras veces nos resistimos tanto como podemos y esto provoca todavia más sufrimiento. En el proceso de asimilar los cambios, comprendemos que la situación nos obliga a cuestionarnos cosas y que resistirnos y sufrir no aporta nada al proceso. Vamos aceptando que vivir implica cambiar y aprendemos a amigarnos con el verbo “permitir” cuando las cosas parecen inevitables.

És humà esperar que el que anomenem “la anomalia” o el “succés inesperat” desaparegui, s’adapti o es reabsorbeixi i tot torni a ser com era abans. Aquesta és la fase que anomenem de la negació i es troba descrita en tots els llibres de psicologia.

De hecho, suele suceder que conseguimos transitar el desajuste y descubrir que las situaciones han encontrado un encaje diferente, no siempre previsible.

Porque esta crisis sobrevenida, de hecho, viene a crear una conciencia más amplia de Ser que requiere más espacio, un orden distinto y un paradigma nuevo. Una liberación.

La gran mayoría de nuestras dificultades vitales no son una anomalía o una patología. Es «normal» que la Vida nos plantee situaciones a las que intentamos dar respuesta con las herramientas y conocimientos de que disponemos. Nuestra comprensión, a veces, puede ser demasiado limitante y la realidad no puede encajar en ella. Entonces entramos en contradicción entre los valores y las creencias de quienes somos o de qué es la vida.

El crecimiento personal significa ir desarrollando un “arte de vivir” donde desarrollar la compasión hacia uno mismo, el respeto a la realidad tal y como es y la aceptación de lo que es la Vida.