24 Abr Quinta cucharada: nutrirnos con alimentos saludables
Nutrirnos con alimentos saludables
Quinta cucharada de «Confianzamiento»
Seguimos aquí, escuchando propuestas de cómo empezar a aflojar el confinamiento. Con toda la carga de contradicciones e interrogantes que se abren y la intuición que será largo y que será difícil.
También con la atención puesta en enfocar lo que depende de mí, con todo el amor del que soy capaz. Dando valor a lo que sí puedo hacer y activándome para hacerlo lo mejor posible. Esto incluye no dejarme arrastrar demasiado por los inputs externos y, como si de un mantra se tratara, intentar volver a mi centro una y otra vez.
Ya os he ido hablando de la importancia de estar activos, del movimiento y de conectar con nuestras emociones y necesidades. Cada uno sabe qué cosas nos ayudan a sentirnos tranquilos y seguros, y aquí recordaría el hilo conductor de estos escritos de «confianzamiento» sobre la importancia de disponer de un espacio personal donde acurrucarse.
¿Qué más podría aportar que pueda ayudarnos a estar en equilibrio? Hace días que quiero compartir alguna cosa sobre la importancia de todo lo que se mueve alrededor de la alimentación: aspectos, sociales, emocionales, de salud y también energéticos. De hecho, todas ellas forman parte de un todo.
Antes de empezar, dejadme deciros que aunque os hablo a menudo de equilibrio, considero que es imposible mantenerlo en estos momentos. Es perfectamente normal estar viviendo nuestras particulares montañas rusas con el plus de intensidad neurótica característica de cada uno. Dejémosle al equilibrio un espacio como referente del que no nos conviene alejarnos demasiado y valoremos mucho cuando podemos volver y disfrutar de él unos minutos. Si estas propuestas las sentimos como una exigencia más o una oportunidad para desanimarnos, definitivamente no es el momento.
Continuando con la alimentación, sería interesante señalar que la preparación de alimentos y comidas es una habilidad que muchas personas hemos ido dejando de lado, a menudo por falta de tiempo y por la facilidad que suponía comprar alimentos preparados o comer fuera de casa. Recuperar y ampliar estas competencias de cada uno, nos puede aportar en estos momentos confianza y sensación de valía personal.
Hacer del acto de cocinar, una manera de sociabilizarnos y compartir afecto es recuperar unos valores que, como sociedad, hemos ido perdiendo.
Cocinar juntos, con los de casa, puede ser una fiesta. ¡Os anima a descubrirlo! Y si no es posible porque estás pasando estos días solo o tu pareja prefiere dedicar ese tiempo a otras cosas, puedes intercambiar recetas o compartir telemáticamente una comida con amigos o familiares.
Un segundo aspecto está relacionado con los horarios y la cantidad de los alimentos que comemos. Estos días es inevitable comer de más y / o hacerlo de manera no demasiado saludable, sobre todo para compensar aspectos emocionales. Pero ya que lo hacemos, no nos peleemos con nosotros mismos por ello y disfrutémoslo mucho. La sugerencia sería establecer momentos concretos para estas «licencias» porque, caprichos aparte, nuestro cuerpo físico y emocional agradecerán ser nutridos con alimentos saludables. También con cantidades de comida adaptadas al desgaste físico real que estamos teniendo. Empequeñecer un poco las raciones y masticarlas durante más tiempo podría ser una propuesta interesante. Aprovecha para cenar temprano y beneficiarse así de un sueño reparador durante la noche.
Centrándonos ahora en qué es y qué no es «saludable», y aceptando que pueden existir unas bases comunes, os diría que no hay una respuesta única, ya que dependerá de cómo seas, del trabajo que hagas, de donde vivas… Considero que «comer de manera saludable» es una respuesta personal que puede dar cada uno una vez nos hemos interesado por el tema, hemos aprendido cuatro cosas básicas y sobre todo, hemos escuchado nuestro cuerpo y nuestra realidad.
Sin duda, lo que comemos afecta a cómo nos sentimos física y emocionalmente. Recuperar la sabiduría del cuerpo y aprender a comunicarnos con ella suele ser una muy buena inversión.
Para los que no lo han probado nunca y se dan cuenta que el confinamiento podría ser una buena ocasión para iniciarse, les sugeriría que probaran a:
- Explorar como harían para disminuir el consumo de alimentos procesados y elaborados. Se trata de rebajar la ingesta de azúcares, aditivos, grasas de calidad dudosa y harinas refinadas. Les animaría a explorar el mundo de los productos frescos, de proximidad y de temporada. Esto tiene un montón de ventajas para la salud y de energía viva que nos equilibra con el entorno. Y además, y bajo mi juicio, de aspectos socioeconómicos interesantes que quizá queremos tener en cuenta en estos momentos.
- Disminuir, dentro de lo que sea razonable en un inicio, el consumo de azúcares, bebidas gaseosas y azucaradas, y dejar el alcohol para momentos puntuales que deseemos hacer especiales. Esto a veces supone interesarnos por otros endulzantes más saludables o buscar maneras alternativas de compartir una bebida con los de casa o amigos.
- No abusar de las carnes rojas, procesadas ni embutidos.
Una alimentación abundante en legumbres, verduras, cereales integrales, fruta, semillas y frutos secos sería óptima. Muy especialmente en estos momentos en que el gasto energético es menor, necesitamos interesarnos por las digestiones ligeras y que faciliten el tránsito del intestino.
Para aumentar las defensas, recomendaria el ajo, la cebolla y los alimentos con vitamina C (perejil, brócoli, cítricos). También la ingesta de alimentos con vitamina A (como la zanahoria o la calabaza), fermentos como el kéfir y el chucrut, las aceitunas, el vinagre de manzana sin pasteurizar, los misos y el tamari.
Organizar un fondo de nevera también puede ayudar en este momento si tenéis que trabajar y / o cuidar de los niños.
Pero sobre todo, dejadme recomendaros de nuevo que, si os decidís a dar alguna paso de los que os he estado comentando, os aseguréis de que lo hacéis desde el amor, a favor del disfrute y el deseo de descubrir como es sentiros un poquito más equilibrados.
¡Cuidaros mucho!
Me puedes escribir por mail a rosamontells@gmail.com. No responderé personalmente. Me servirá para estar en contacto y para nutrirme también de vuestros feedbacks. Intentaré recogerlo en nuevas cucharadas si me parece que puedo compartir algo que sume.